Como los tiempos cambian, tenemos ahora los héroes modernos, personajes con acciones ejemplares. Son totalmente distintos a los de la televisión y el cine, y por ello pueden ser más que héroes y por el contrario el cine saca personajes basándose en esas acciones de personas normales, la siguiente historia es una de tantas de la vida real que te dejara con el corazón en la mano y en un mar de lágrimas.
“Logré salir de la vía, necesito ayuda, los niños están bien” Fueron las últimas palabras que Manuel, un conductor de 46 años envió por el monitor, en Sevilla, España, antes de perder la vida, el hombre sabía que estaba viviendo los pocos minutos que le quedaban en éste mundo, sin embargo, era el único que podía hacer algo para salvar a 8 pequeños que venían en el autobús, todos ellos con discapacidad y muy poca movilidad
¿Qué hubieras hecho en su lugar?
Un nuevo día, otra oportunidad para hacer las cosas bien o para lamentarnos como tantos otros, “Mañana será mejor”, pero ¿Y si no hay mañana? Todos los días nos despedimos para volvernos a ver al regresar, le decimos adiós a nuestros padres, hermanos, la pareja, despedimos a esos lindos angelitos, que apenas empiezan su trayecto en la vida, curiosos por naturaleza, soltando sonrisas por todas partes. ¿Quién no ha viajado en un transporte escolar? Ya sea para ir alguna visita o simplemente llegar a la escuela, pero ¿Quién te asegura que al soltar de la mano a tu pequeño y darle un beso en la frente lo verás de regreso?
Las carreteras son traicioneras y los accidentes no avisan, así le sucedió al señor Manuel, el día había terminado, así que era momento de llevar a los niños a casa, el camino era toda una celebración, canciones infantiles, cuchicheos y varias carcajadas ambientaban la llegada, sin embargo, Manuel comenzó a sentir una sensación extraña en el pecho, primero un par de cosquilleos, pero el dolor se volvió más intenso en el lado izquierdo, sentía como la presión recorría su brazo y parte de la espalda, pronto sus manos y rostro se bañaron en sudor y la falta de aire era insoportable, a pesar del infierno que estaba viviendo, ni siquiera por un segundo soltó el volante, se trataba de un infarto, el hombre pudo haber aprovechado su última llamada para comunicarse con su esposa y decirle lo mucho que la amaba o tal vez para avisarle a su hijo que no lo esperara después del entrenamiento de fútbol, sin embargo, vio a través del retrovisor a todas esas caritas preocupadas y no lo pensó dos veces, giró el volante y logró salir de carretera. Todo esto en minutos.
Los niños sabían que algo no estaba bien, al hacer el movimiento algunos de ellos sufrieron lesiones leves, sólo uno se pegó con el asiento y pocos tenían cortes menores. Manuel aún con vida, informó por el monitor que pudo salir de la carretera, la persona que escuchaba su mensaje, apenas y lograba entender lo que decía, su voz era agitada y parecía estar susurrando, dio la ubicación y después ya nada se escuchó…
Cuando los paramédicos llegaron, intentaron de todo, durante casi una hora, pusieron en práctica todo para reanimarlo, pero nada funcionó, los asistentes de salud lo declararon muerto.
“Pocos son los valientes que cometen actos de ésta magnitud, estar a un paso de la muerte y pensar con la cabeza fría, es muy complicado, el hombre vio hasta el último segundo de su vida por los niños y eso es algo que se debe reconocer” Comentó uno de los directivos de la escuela.
La muerte le sorprendió al volante en Carmona pero pudo evitar una tragedia en el autobús que conducía con ocho menores. Descanse en paz.
Cuando los padres se enteraron de la manera en que el señor Manuel luchó por la vida de sus hijos, no tenían más que lágrimas rodando por su rostro y mucho agradecimiento, gracias porque tendrían un día más para despertar a sus pequeños, descubrir sus travesuras, besarlos hasta el cansancio, acompañarlos a la escuela y preparar su postre favorito para cuando estén de vuelta. ¡Gracias!
Descanse en paz el señor Manuel, que seguro vivirá por mucho ¡En 8 bellos corazones!
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